Realizado por MC. Elizabeth Zendejas Aguilar.

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En los últimos años se ha debatido mucho sobre incluir en nuestra alimentación la leche, mucho se ha dicho sobre los contras de consumir leche de vaca. En esta publicación abordaremos los beneficios de consumir leche.

Como hemos visto en publicaciones anteriores la leche es uno de los alimentos más completos que existen y por lo tanto es considerado esencial, la leche no solo provee de calcio a nuestro organismo, también contiene proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales imprescindibles para la nutrición humana. Su composición la hace de interés para adaptar su uso y prescripción en distintos momentos de la vida, no solo en la niñez como se ha debatido.

Según estudios de investigación, los efectos benéficos no se limitan exclusivamente a su valor nutricional, sino que se suman otros, como determinadas patologías como enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, hipertensión arterial, en patología ósea o dental y en la lucha frente al sobrepeso y la obesidad. Además, se han descrito fragmentos de proteínas formados a partir de la digestión parcial de las proteínas presentes en la leche de vaca; son los llamados péptidos bioactivos que parecen tener una actividad específica a nivel gastrointestinal y sistémico como inmunomoduladores, mediante propiedades antimicrobianas, antihipertensivas y antitrombóticas.

Con respecto a la lactosa, es el hidrato de carbono mayoritario de la leche que participa, además, participa en la síntesis de glucolípidos cerebrósidos (esenciales en el desarrollo neurológico temprano) y de glicoproteínas. También actúa al facilitar la absorción del calcio. La leche contiene oligosacáridos que promueven la existencia de una flora bifidógena en el intestino, los cuales constituyen la “fibra soluble” de la leche. Además de actuar como sustrato metabólico para las bacterias intestinales, actúan como receptores de patógenos, induciendo y reforzando la respuesta inmune frente a estos.

Las investigaciones más recientes sobre la fracción nitrogenada de la leche se centran en fragmentos de las proteínas que pueden ser absorbidos a través de la mucosa intestinal del ser humano. Si bien no se ha encontrado bibliografía referida a los mecanismos de absorción para estas fracciones nitrogenadas sí hay cuantiosa evidencia de que ejercen una actividad específica tanto a nivel gastrointestinal como sistémica, con funciones antimicrobiana, antioxidante, antitrombótica, antihipertensiva e inmunomoduladora, entre otras, como se mencionó anteriormente.

Como menciona Sánchez y Col. (2020; p.54), uno de los recientes hallazgos es la relación entre la ingesta de calcio (Ca) de la leche y el peso corporal. Diversos estudios demuestran una relación inversa entre la ingesta de Ca y el índice de masa corporal (IMC). Esta relación entre el catión y el peso corporal se corresponde con el papel que tiene el calcio en la regulación de la adiposidad corporal a través de la disminución de la lipogénesis y el aumento de la lipólisis en tejido adiposo. Junto con esto se ha descrito un papel del Ca en el balance de energía corporal al disminuir el apetito e incrementar la termogénesis. Además, el calcio en la luz intestinal puede formar jabones con la grasa de la dieta, favorecer su precipitación y su excreción fecal, y en consecuencia, disminuir su absorción. En estos mecanismos parece intervenir el receptor sensible al calcio del adipocito. Su estimulación por bajas ingestas de Ca disminuye la lipólisis y aumenta la lipogénesis.

Por lo que podemos concluir que la leche de vaca es un alimento básico en la alimentación humana en todas las etapas de vida, formando parte de la alimentación humana desde al menos, los últimos 10,000 años.

Fernández, E.; Martínez, J.; Martínez, V.; Moreno, M.; Collado, L.; Hernández, M. y Morán, F. (2015). Documento de consenso: importancia nutricional y metabólica de la leche. Nutr Hosp. 31(1): 92-101.

Sánchez, M.; Murray, R.; Montero, J.; Marchini, M.; Iglesias, R. y Saad, G. (2020). Importancia de la leche y sus potenciales efectos en la salud humana. Actualización en Nutrición, vol. 21. Número 2. 5.-64 pág.

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